Las expectativas electorales empiezan a redefinirse a partir del malestar social. El capítulo electoral del informe “Es la economía, estúpido”, elaborado por Zuban Córdoba, muestra cómo el impacto económico influye en las estrategias tanto del oficialismo como de la oposición.
La economía, otra vez, organiza el voto. El 50,4% de los encuestados afirma que vería con buenos ojos una lista opositora unificada que “ponga límites reales” al gobierno de Javier Milei. Y entre quienes votaron por Sergio Massa en el balotaje, el apoyo a esa hipótesis sube al 78%.
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Unirse para enfrentar a Milei
Pero no se trata solo de sumas electorales, sino de orientación política. Un 39,1% de los votantes opositores cree que los espacios no oficialistas deberían unirse para enfrentar a Milei en las elecciones de octubre, y un 28,4% va más allá: propone radicalizar la crítica y la movilización callejera.
En cambio, los votantes libertarios eligen el camino del diálogo y la estabilidad institucional. El 32,9% cree que la oposición debería “buscar consensos y aportar a buenas políticas”, y otro 18,9% sugiere “negociar acuerdos puntuales”. Solo un 14,7% considera que deben esperar sin confrontar.
Se profundiza la desigualdad
El trasfondo económico atraviesa el voto. Más del 60% de los encuestados dice que Milei profundiza la desigualdad, y ese dato no es neutro frente a un eventual frente común opositor. Además, el 59,4% cree probable que la crisis derive en protestas o cacerolazos, lo que anticipa un clima electoral tenso y volátil.
El informe cierra con una advertencia: la potencialidad electoral del gobierno y de sus adversarios dependerá del pulso económico. En Argentina, el voto no es ideológico, es económico. Y cada ajuste tiene consecuencias en las urnas.