7, agosto, 2025

A un partido del clásico del morbo en la Copa Argentina

Noventa minutos y adición, más un eventual bonus track de tensionantes penales. Tan solo eso separa -al menos en el metaverso futbolístico- al partido del morbo 2025. Y es que una de las ramas de una Copa Argentina que ya se deshojó de tres grandes (Boca, San Lorenzo e Independiente) podría cruzar en cuartos de final a Racing, que este domingo eliminó a Deportivo Riestra, y River (lo hizo ante San Martín de Tucumán). Y todo, después del crash por el pase de Maxi Salas y del regreso de Juanfer Quintero al CARP seis meses después de haber dejado el Cilindro y de la bronca que supo generar la decisión de Marcos Acuña de recalar en Núñez.

A un partido (de octavos) de distancia está, entonces, ese eventual mano a mano: el que el equipo de Marcelo Gallardo deberá disputar frente a Unión, con fecha a confirmar aunque con poco hueco en el almanaque como para prolongar debates. Se jugará en la semana posterior al cierre de la serie que River jugará ante Libertad por la Libertadores, o bien, en fecha FIFA. Difícilmente se dilate mucho más. Es decir que en septiembre se sabrá si las cicatrices del affaire Salas se reabrirán con un partido definitorio. Quizás la más fuerte de las polémicas que fueron desencadenándose entre los clubes en los últimos tiempos.

Maxi Salas, el refuerzo que tanto pidió Gallardo.

Porque la relación entre instituciones quedó herida: en apenas un puñado de meses, Diego Milito pasó de visitar el Monumental para conocer el plan de obras de reestructuración y estrechar lazos con la cúpula dirigencial de Núñez a cruzar dardos al mercado siguiente. Todo por la decisión adoptada por River de ir por uno de los jugadores franquicia de Racing (Salas) y por la que tomó el propio Príncipe de no negociar al ex #7.

Un futbolista al que, según habían dejado trascender desde Avellaneda, le habían elevado una propuesta para renovar que el propio MS había dejado en stand by al enterarse del interés de River. Y que acumuló cruces mediáticos y en redes sociales, además de generar una profunda indignación entre los hinchas académicos, quienes cantaron contra el Gordo acusándolo de “traidor”.

Posterior a ese cruce se confirmaría el fichaje de Juan Fernando Quintero en Núñez. Sí: seis meses después de haber hecho un pacto de cabelleros con Diego Milito, el colombiano dejó el América de Cali -club que ya no podía afrontar su salario- y se sumó al plantel de Gallardo. No sin antes comunicarle al Príncipe que aquello que habían charlado -el no volver en lo inmediato a Núñez- había quedado cumplido y saldado.

Ahora todo será distinto. Con Juanfer en la vereda de Núñez. Con Maravilla Martínez, al que se lo vinculó con un interés de River que al menos nunca se oficializó. Con un Acuña que -al volver al país en 2024- eligió River y no Racing y eso provocó enojos en los fanas de la Acadé, que habían celebrado sus centros y su técnica individual hace una década. Y con dos dirigencias que se sacaron chispas hace apenas una hojita de almanaque.

La bandera de los hinchas de Racing en medio de la polémica salida de Salas (Leandro Adonio Belli).

Cruces en los medios y una carta que acrecentó el morbo

“La palabra es decepción con River como institución, con su presidente, con su secretario… No pudieron honrar su palabra”, opinaba crudamente Milito en TyC Sports hace exactamente un mes, horas después de que el Gordo notificara oficialmente que pagaría los € 8 millones netos de su rescisión. “No lo queríamos negociar. Era nuestra idea. Hablé hace un mes con ellos (por los dirigentes de Núñez) y me dijeron que esto no iba a suceder. Por el pacto que existe no iban a ejecutar la cláusula. Pero esto sigue”, añadió.

“Nunca le dijimos que no íbamos a ejecutar la cláusula de Salas…”, reconocía al día siguiente Stéfano Di Carlo, actual secretario de River y candidato a presidente por el oficialismo en las elecciones que se celebrarán a fin de año. “Hubo charlas superficiales casi de pasillo en las que él nos preguntó por la cuestión posible de la ejecución y nunca le dijimos que no íbamos a ejecutarla” y remarcó que “íbamos a hacer todo lo posible para llegar a un entendimiento con ellos”.

El cruce mediático había sido duro. Pero no tanto como la carta que Salas decidió publicar en sus redes luego de completar su primer entrenamiento como jugador de River. Acusando a Milito de no haber sido sincero en sus palabras.

Salas y Milito.

“Sé que hay mucho enojo y bronca y mucho invento y mentira. He dejado por estos colores siempre hasta el último aliento. He sido responsable en los entrenamientos, he representado al club de la mejor manera, poniendo todo de mí porque este es mi trabajo. Pero también sé de donde vengo, y por todo lo que he pasado”, rezaba la carta que el #7 (ahora de River) publicó el 10 de julio.

“Cuando llegué a Racing lo hice libre, con el pase en mi mano. El contrato que tuve hasta hoy es el mismo que firmé en ese momento y nunca me dieron nada extra. Ya con la nueva dirigencia, en reiteradas oportunidades mi representante se acercó a pedir que se me actualice mi salario y le dijeron ‘que siga demostrando’. Eso de que ‘nunca nos poníamos de acuerdo’ es totalmente mentira. Nunca me quisieron aumentar un solo peso”, agregaba en un extenso texto subido a Instagram en el que asumió haberse ido de Racing “por dignidad”, luego de acusar a la CD que encabeza Milito de darse cuenta de que “existía” cuando River lo fue a buscar.

Ahora lesionado (sufrió un esguince de rodilla ante San Lorenzo), Salas y River podrían verse las caras otra vez ante Racing. Con Juanfer como compañero vistiendo la Banda al igual que Acuña. Claro: antes ellos dos, y el Muñeco, deberán superar a Unión en la serie de octavos. Aunque el partido del morbo está ahí, a 90 minutos de distancia.

Mirá también


Delfina Brea ganó el P1 de Tarragona y es la nueva N°1 del pádel

Más Noticias

Relacionadas