El analista José María Rodríguez Saráchaga, en diálogo con Canal E, aseguró que la sentencia contra Cristina Kirchner “le hizo un favor al justicialismo y le complicó la vida al oficialismo”.
El fin de una era
“Al justicialismo le hizo un favor y al oficialismo le complicó la vida“, sintetizó el entrevistado al analizar la nueva coyuntura tras la confirmación de la condena a Cristina Fernández de Kirchner. Desde su perspectiva, la salida de la exmandataria del escenario electoral rompe con la lógica de polarización que favorecía al gobierno.
“El oficialismo estaba muy cómodo con la posibilidad de competir contra Cristina, una figura con 65% de imagen negativa“, afirmó. Esa comodidad desaparece ahora, y la atención vuelve a centrarse en la elección nacional.
Kicillof, sin interna
Uno de los grandes beneficiados por este giro es Axel Kicillof. “Le solucionó un montón de cosas, porque ya no tiene que disputarle nada a Cristina“, dijo Saráchaga, señalando que el gobernador bonaerense podrá ahora concentrarse en construir su candidatura sin obstáculos internos de peso.
Sin embargo, el analista advirtió que el contexto no es sencillo: “Vamos a tener una pelea interesante, con Kicillof tratando de polarizar con el modelo liberal de Milei, aunque el término ‘neoliberalismo’ ni siquiera existe“, lanzó con ironía.
El kirchnerismo, sin herederos
Para el entrevistado, el impacto político de la sentencia va mucho más allá de la coyuntura electoral: “El kirchnerismo como tal dejó de existir“. Y lo explicó: “Con Cristina inhabilitada de por vida y sin posibilidad de indulto, se terminó lo que conocíamos como kirchnerismo”.
En esa línea, descartó cualquier intento de herencia política: “Máximo nunca movió la aguja“, remarcó, descartando al hijo de la expresidenta como figura de recambio.
¿Quién será el sucesor?
En este escenario de vacío, la pregunta por la conducción del peronismo queda abierta. Rodríguez Saráchaga recurrió a la historia: “El que hoy tenga más músculo político va a ser el sucesor del kirchnerismo“, como ocurrió con Marco Aurelio y sus generales.
En el corto plazo, señaló a Kicillof como el único con algo de estructura, por ser gobernador, pero no descarta una interna feroz en el PJ: “La lucha por el poder es encarnizada, lo que se viene es una pelea brutal“.
El velorio del liderazgo
A juicio del analista, el acto de Cristina tras la condena evidenció su aislamiento: “Con poder te movilizaba 20.000 personas para inaugurar una canilla de plástico, ayer no llegó a 10.000“. La soledad de la expresidenta fue, para él, otro síntoma de que su tiempo ya pasó.
Incluso, consideró que su detención genera una ilusión de poder que ya no tiene: “La detención le da un poco de entidad que ya había perdido“, apuntó. Y ejemplificó con dureza: “Kicillof, con Cristina fuerte, no se hubiera animado a disputarle nada”.
Finalmente, Rodríguez Saráchaga advirtió que el gobierno de Javier Milei tiene una ventana de oportunidad ante la desarticulación de la oposición: “Si el oficialismo es hábil e inteligente, va a capitalizar este tiempo sin oposición“.