Una vez más, el mandatario busca esconder la interna que sacude la cúpula del poder bajo un nuevo formato de mesa política de siete asistentes. El vocero presidencial, Manuel Adorni, anunció: “El Presidente tomó la decisión de conformar una mesa política nacional. La misma será presidida por él y estará conformada por: Karina Milei, Patricia Bullrich, Guillermo Francos, Santiago Caputo, Martín Menem y yo. El Presidente de la Nación también instruyó al Jefe de Gabinete de Ministros a convocar a una mesa de diálogo federal con los gobernadores”.
Se destacan dos nombres, por su ausencia: Sebatián Pareja y Eduardo “Lule” Menem. Los funcionarios son señalados como los padres de la derrota en las elecciones legislativas bonaerenses de medio termino. El primero por el cuestionado armado de listas libertarias y las denuncias por venta de candidaturas; mientras que el segundo por su señalamiento en las grabaciones de Diego Spagnuolo sobre las presuntas coimas en el ANDIS.
En el listado, Guillermo Francos se ha consolidado como el engranaje político más importante del gobierno de Javier Milei, ocupando el cargo de jefe de Gabinete y funcionando como articulador con los gobernadores, el Congreso y los sectores económicos. De larga trayectoria como dirigente peronista y exrepresentante del Banco Interamericano de Desarrollo, es quien aporta volumen de negociación a una administración que carece de estructura territorial propia, lo que lo convierte en una figura clave tanto en la gestión como en el armado electoral de La Libertad Avanza, al encargarse de tejer alianzas que den sostén legislativo.
Patricia Bullrich, en su rol de ministra de Seguridad, encarna la línea dura del Ejecutivo en materia de orden público y represión de protestas, capitalizando su experiencia en gobiernos anteriores y su recorrido político que va del peronismo a la presidencia del PRO. Su presencia fortalece la impronta de autoridad del oficialismo y aporta un puente con sectores del macrismo, sumando músculo electoral y disciplina interna frente a una base social demandante de mano firme.
Martín Menem, actual presidente de la Cámara de Diputados, es la pieza que Karina Milei eligió para controlar la agenda parlamentaria y garantizar que las iniciativas del oficialismo avancen, aunque su falta de experiencia previa en gestión lo obliga a apoyarse en acuerdos con bloques aliados. Su apellido le confiere visibilidad y una cuota de peso simbólico en la política riojana, lo que además refuerza el intento de extender la influencia libertaria en el interior. Por otro lado, su cercanía parental con Lule Menem, lo ubica en el ojo de la tormenta.
Karina Milei, secretaria general de la Presidencia, es considerada la persona de máxima confianza del mandatario y la encargada de custodiar el círculo íntimo del poder. Con un bajo perfil público, su papel es determinante en la toma de decisiones estratégicas, en el control de la agenda del Presidente y, sobre todo, en la organización del partido a nivel nacional, donde despliega un trabajo meticuloso para ordenar las listas y proyectar la expansión territorial de La Libertad Avanza que ella preside.
Santiago Caputo, asesor en la sombra y definido como el “arquitecto” de la estrategia política y comunicacional, fue clave en la campaña electoral y continúa influyendo en la narrativa gubernamental, con un rol decisivo en la construcción del relato libertario y en la definición de movimientos tácticos que mantienen la centralidad de Milei en la escena pública. Su peso radica en la capacidad para diseñar discursos disruptivos y orientar las jugadas políticas que refuerzan la identidad del espacio.
Manuel Adorni, vocero presidencial, cumple la función de traductor oficial del discurso libertario y de blindaje mediático para la gestión. Economista y analista con presencia previa en medios de comunicación, se transformó en una pieza central en la estrategia comunicacional diaria, ya que desde sus conferencias fija el tono del gobierno frente a la prensa y las críticas, consolidando el estilo confrontativo y directo que caracteriza a la administración.
En conjunto, estas figuras configuran un núcleo de poder que combina gestión, estrategia electoral y comunicación, con Francos en la negociación, Bullrich en el orden, Menem en la institucionalidad parlamentaria, Karina en la organización interna, Caputo en la ingeniería política y Adorni en la voz oficial, un esquema que busca sostener la gobernabilidad y al mismo tiempo proyectar la expansión del proyecto libertario en el terreno electoral.