11, septiembre, 2025

Alerta en la industria indumentaria: explotaron las compras “puerta a puerta” y se hunde la producción local

La industria indumentaria argentina atraviesa un escenario crítico marcado por el auge de las compras puerta a puerta, el crecimiento del gasto en ropa en el exterior y la sostenida contracción del consumo interno. Desde el sector advirtieron que la apertura económica indiscriminada hacia productos de baja calidad y precio condiciona la producción nacional y pone en riesgo miles de trabajos.

En los últimos meses, se registró una fiebre compradora mediante los servicios postales y de courier, fruto del cese de las restricciones que pesaban sobre este tipo de operatorias en el pasado. Si bien los usuarios gozan de artículos más baratos, la popularización de plataformas como Temu o Shein comprometen a los vendedores nacionales.

La industria textil argentina en jaque: 7 de cada 10 prendas ya son importadas

Indumentaria: explosión del puerta a puerta y compras en el exterior

Según datos de la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI), las ventas puerta a puerta desde el exterior crecieron un 30% en julio respecto de junio y un 390% en la comparación interanual. Entre enero y julio de 2025, las importaciones bajo el régimen puerta a puerta se dispararon 258% frente al mismo período de 2024, alcanzando los US$ 408 millones.

Ese incremento triplicó el ritmo de las importaciones de indumentaria que ingresan bajo el régimen general. Para la industria de la indumentaria, se trata de un fenómeno que erosiona la competitividad de la producción nacional y profundiza el déficit comercial.

El turismo también juega un papel central en la salida de divisas. De acuerdo con estimaciones privadas basadas en consumos con tarjeta y compras en efectivo, los argentinos gastaron en lo que va del año US$ 2.196 millones en ropa durante viajes al exterior, lo que implica un salto del 111% respecto del año pasado. La cifra supera en un 14% el récord alcanzado en 2017, convirtiéndose en la mayor marca histórica.

Por su parte, un informe de la consultora Analytica sostuvo que las importaciones de prendas de vestir y otros textiles crecieron un 94,7% interanual acumulado entre enero y julio, mientras que las de calzado avanzaron un 67,6%. “En indumentaria es el mayor volumen importado desde 2018 y el cuarto más elevado de toda la serie en moneda constante. Para el calzado es la mayor importación registrada en toda la serie histórica”, resalta el reporte.

Mientras tanto, el mercado interno no logra repuntar. El INDEC registró 15 caídas en las ventas de indumentaria en shoppings en los últimos 19 meses. Solo en junio, la facturación bajó un 9% interanual, incluso frente a un 2024 de muy baja base de comparación.

Al mismo tiempo, el empleo en el rubro de la confección se redujo un 8,4% entre diciembre de 2023 y abril de 2025, reflejando el impacto directo de la competencia importada sobre la actividad local. Las ramas industriales le reclaman al gobierno de Javier Milei una rebaja impositiva para poder estar en igualdad de condiciones frente al aluvión de bienes que ingresan del exterior a un precio mucho menor.

Industria indumentaria en alerta

En un comunicado, la CIAI, presidida por Claudio Drescher y con la asesoría de Gustavo Ludmer, realizó un llamado a diputados, senadores y a la sociedad en su conjunto para “avanzar en leyes y mecanismos de control que regulen el ingreso de indumentaria de ultra fast fashion“.

“Estas prendas, ofrecidas por plataformas chinas como Shein y Temu, generan un severo impacto ambiental, están confeccionadas con materiales de baja calidad, bajo condiciones laborales de trabajo esclavo, y muchas contienen sustancias tóxicas para la salud humana. Además, su rápida obsolescencia multiplica la acumulación de desechos textiles que tardan siglos en degradarse”, alertaron.

En tal sentido, Drescher consideró que se trata de competencia desleal ya que los artículos ingresan “sin pagar impuestos, aranceles ni cumplir los controles que enfrenta la producción nacional” y, como resultado, generan “pérdida de empleo, debilitamiento del entramado productivo y una sistemática fuga de divisas”.

Por último, los referentes del rubro indumentario remarcaron que “abrir la economía no puede significar precarizarla” y que la integración de la Argentina al mundo debe darse con controles adecuados que garanticen que todos los actores cumplan con las mismas reglas. “A veces lo barato nos sale muy caro”, sentenció la CIAI.

MFN


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