Andaban por debajo del radar. O quizá, lo radares estaban directamente apagados. Pero, más allá de saber si se trataba de negligencia o complicidad, alcanzó una revelación de LA NACION para que en Paraguay se desatra un verdadero escándalo político. ¿De qué se trata? Una vez que se publicó que los dueños del laboratorio argentino responsable del fentanilo mortal montaba una planta en un parque industrial de Ciudad del Este, en la Triple Frontera, comenzaron a emerger en la política paraguaya las redes que protegían al grupo local.
La trama de poder tiene dos nombres propios. El primero, el expresidente Horacio Cartes, empresario y poderoso político que, pese a que terminó su mandato en 2018, aún conserva una formidable cuota de poder como número uno del Partido Colorado, actualmente, en el oficialismo.
El otro es Gustavo Leite, senador nacional desde 2023, actualmente nominado como embajador de Paraguay en Estados Unidos. Su puesto en Washington, tambalea.
La historia de los hermanos Ariel, Diego y Damián García Furfaro, dueños de los laboratorios HLB Pharma, la planta farmacéutica Ramallo y la Droguería Alfarma, entre otras varias empresas, llegó a Paraguay el 13 de junio de 2023, cuando entraron 9 equipos bajo el concepto “línea de producción desmontada para elaboración de biotecnológicos” por un valor de US$11.675.00,02.
Desde el 13 de junio y hasta el 25 de octubre de 2023 hubo 67 despachos más. Las máquinas para montar el laboratorio dejaron paso a tres aparatos para la fabricación de barbijos por US$662.000 cada uno. Finalmente, se inscribieron tres bultos más de principios activos. El último fue el 12 de abril del año pasado, cuando terminaron de llevar toda la aparatología que le habían comprado a una empresa de la China. En total fueron 83 ingresos por US$83.905.103,60.
Desde hacía un tiempo, los hermanos ya tenían los acuerdos necesarios para abrir un laboratorio nuevo en Paraguay.
Específicamente, en Ciudad del Este, uno de los vértices de la Triple Frontera, epicentro de la mercadería ilegal, el narcotráfico y financiamiento al terrorismo en el Cono Sur.
El puente a Paraguay incluía una estrecha relación con el expresidente, Horacio Cartes, jefe de Estado entre 2013 y 2018 y actual número uno del Partido Colorado, el mismo del actual presidente Santiago Peña. “Circula una foto tomada en el marco de una reunión con una persona, aclaro categóricamente: no tengo ni he tenido vínculo personal, comercial ni económico alguno con la persona que aparece en ella, ni con ningún grupo relacionado”, dijo Cartes en la red social X. Se refería a una publicación de LA NACION en la que se lo ve con el dueño del laboratorio, Ariel García Furfaro, dueño de uno de los stud más grandes de la Argentina y responsable del laboratorio donde se produjo el fentanilo que mató a más de 50 personas.
Aquella foto fue tomada en la residencia de Cartes, una casa con una entrada imperial en la Avenida España de Asunción del Paraguay, la más importante del área dentro de la capital. Se trata de una propiedad prácticamente amurallada que, según contaron dos personas que entraron, está custodiada en su interior por al menos una docena de guardias con armas blancas. Si bien son habituales las reuniones de Cartes con empresarios que peregrinan en busca de la llave de los negocios, nadie entra a esa fortaleza sin que alguien cercano al expresidente abra la puerta. Ese hombre fue Leite, el candidato a ser el hombre de Paraguay en los Estados Unidos.
Para llegar a Leite es necesario regresar a la planta que se montó en Ciudad del Este.
La maquinaria por US$83 millones, según el expediente al que accedió LA NACION y que instruyó a la entonces AFIP, ahora ARCA, se compró gracias al ventajoso régimen de las SIRA, un sistema que permitía importar, previa autorización oficial, al valor de un dólar oficial muy por debajo de la cotización del dólar bolsa. Esa operatoria terminó con una denuncia del organismo recaudador en la justicia penal que investiga el juez penal económico Pablo Yadarola.
La información oficial da cuenta que la AFIP inició el proceso cuando detectó que los valores que se documentaban en el país eran significativamente más altos que los que se denunciaban en China, lugar donde se compraban. Es decir, además de acceder al dólar barato, pues se sobrefacturaban para dejar dólares afuera. Negocio por todos lados.
Ese expediente interno, número 17995-134-2022 y que se sustanció contra Importadora Alfarma SRL, se focalizó en cinco despachos (fueron alrededor de 83) que tenían una diferencia entre lo declarado en China y en Argentina de 4,5 millones de dólares. La documentación de la AFIP mostraba que se pagaron en origen 4 equipos que se pagaron, cada uno, US$108.290 y uno de US$120.000.
Los García Furfaro aprovecharon la facilidad del remendado sistema cambiario argentino e intentaron burlar el cepo con una fórmula maravillosa. Los equipos que costaron 108.000 dólares fueron declarados en el país, prácticamente, con un cero más. Puntualmente, US$1.180.000, mientras que el otro despacho pasó de 120.000 a 320.000 dólares. De esta manera, la compra en China por US$555.920 se declaró 5.040.0000. La diferencia, 4,5 millones de dólares, quedaban afuera.
Esa mercadería, además de 75 despachos más que no son motivo de denuncias de la AFIP, tal como lo denunció LA NACION, terminó en un parque industrial del Complejo Empresarial Global del Paraguay.
A partir de esta revelación periodística, la firma dueña del predio emitió un comunicado. El 30 de junio, la empresa negó la existencia de un laboratorio o industria de microbiología en sus instalaciones.
En el mismo documento, la dirección del parque industrial aclara que las empresas HLB Pharma y Ramallo no operan dentro de su Zona Franca Global. Sin embargo, detallan que entre junio de 2023 y abril de 2024, se recibieron 82 máquinas y equipos, que ingresaron en 25 despachos, declarados como líneas de producción biotecnológica, propiedad de Alfarma S.R.L. de Argentina, que fueron enviados a la Zona Franca Global del Paraguay en calidad de depósito y consignadas a la empresa JUNO S.A.
Semejante reconocimiento no hizo más que mostrar cómo fue la trama en Paraguay para que Alfarma, empresa también de los García Furfaro, haga pie en la Triple Frontera. Apareció Leite, por entonces socio de la empresa JUNO en los inicios de la inversión en Paraguay de los dueños del laboratorio del fentanilo mortal.
Justamente esa empresa, creada para la instalación de la planta, tenía de socio a Leite, el futuro embajador de Paraguay en Estados Unidos, al menos, si nadie retira su candidatura. Fue el propio senador quien reconoció que formaba parte de la empresa. Un detalle más: jamás consignó esa empresa en su declaración jurada de intereses.
El camino para que García Furfaro llegue a Cartes, según confirmaron tres fuentes a LA NACION, fue el senador Leite. Y al momento de entender cómo fue el eslabón para que García Furfaro inicie la relación con el nominado a embajador de Paraguay en Estados Unidos, pues aparecen varios nombres de argentinos con negocios portuarios en Paraguay, Argentina y Uruguay, varios de ellos, también investigados por la justicia de dos de los tres países.
Los vendedores chinos confirmaron a LA NACION que ellos exportaron los equipos a la Argentina. Uno de ellos, Mario Emilio Ochoa Arango, pero que nunca supieron el destino final de la maquinaria. De hecho, dijeron que ellos son sólo vendedores y que esas instalaciones eran aptas para productos biológicos, no sintéticos. Desde China dijeron que alguna vez el equipamiento llegó a la Argentina y García Furfaro les dijo que iba a ir a ver la planta. Tomaron un avión privado y terminaron en la Triple Frontera. “No sabíamos nada dónde se iba a instalar; igualmente, nosotros sólo vendemos maquinaria y ellos compraron, aunque nos quedaron debiendo un saldo”, dijo.
Por ahora, la expansión del laboratorio del fentanilo mortal parece haber quedado trunca. Y quizá, la carrera diplomática de su socio paraguayo, también.